Hace un par de meses se me ocurrió presentarme para hacer el taller der de yoga que solíamos hacer en estas fechas ( la profesora que lo había hecho hasta entonces se había jubilado). Fue un impulso….¡después el mundo se me vino abajo! Yo soy practicante de yoga ( siempre que puedo y la vida diaria me lo permite) y he realizado los cursos de yoga en la educación del RYE y el curso del CESIRE. Además hago algunas pequeñas incursiones en mis clases y pongo en práctica algunas de las técnicas y formas de trabajar que he aprendido en estos cursos, pero no me veía capaz de realizar una sesión de yoga íntegra ( 2 horas). Telefoneé enseguida a mi “profesora de yoga” y aceptó ayudarme.
Durante este tiempo he aprendido muchas cosas diversas; desde cómo se estructura una clase de yoga, qué aspectos se deben de trabajar atendiendo a la edad de los alumnos, cuáles son los asanas que se deben utilizar y de qué manera y muchísimas cosas más que se me escapan.
Unos días antes del taller me entró el miedo escénico y hablé con mi profesora y quedamos que lo haría ella y yo la ayudaría. Entonces entendí la sabiduría de mi “profe” y la perspectiva yóguica que ella tenía y que a mí me quedaba por aprender.
El día en cuestión llegó y la experiencia fue positiva, muy positiva. Al comenzar estaba nerviosa, poco a poco me fui sintiendo integrada y los alumnos de segundo de ESO respondían bien. Algunos de ellos ya habían hecho algunas cosas en clase conmigo, la experiencia les gustó mucho. Les impactó que detrás del yoga hubiese una filosofía de vida interesante y muy diferente a lo que ellos imaginaban. También disfrutaron la sensación de tranquilidad que experimentaron y les impactó lo difícil que resulta hacer una postura bien hecha.
En cuanto a mí , la experiencia fue interesante y gratificante y aprendí muchas cosas en vivo. Hay muchos aspectos que en la teoría se escapan y hasta que no lo ves en directo no sabes cómo reaccionar o reaccionarás. Errores que cometemos simplemente por el hecho de aprender. Errores que tienen su raíz en los nervios o por la ignorancia. También surgen hechos i/o situaciones que no teníamos previstas o estratégias que no resultan como habíamos pensado en un primer momento. Por todo ello creo que el acompañamiento de la persona que compartió conmigo el taller (la “profe”) y su saber hacer fueron fundamentales para que mi experiencia fuera tan positiva. Creo que el próximo curso lo volveré a probar….
Teresa París
Una aprendiz
(la “profe” es Eulàlia Muños, ex-presidenta y formadora RYE)