- Sentado en la postura de loto, o en la silla, junta las manos ante el pecho (namasté).
- De forma concentrada, ve abriendo los dedos de las manos, (menos el dedo meñique y el pulgar que continúan juntos) cómo si fueran los pétalos de la flor. Respira pensando en su color. Vuelve a cerrar los dedos suavemente y repite el “mudra”.
- Imagina que tus dedos son las raíces de la flor que buscan el alimento. Lo haremos con este mudra:
Las manos juntas, abre las muñecas y lleva los dedos de las manos hacia abajo, junta las muñecas y separa un poco las manos, (puedes mover los dedos como si fueran las raíces que buscan el agua). Repítelo varias veces y respira profundamente.
Beneficios:
- Trabaja la atención y la concentración. También el chakra
del corazó”anahata” donde se guardan los buenos sentimientos: el amor, la pureza y la compasión.
Dolors Garcia
- El yoga en la escuela. Un aprendizaje para la vida-